miércoles, 26 de febrero de 2014

Tu actividad cerebral predice tus decisiones arriesgadas.



Así lo señalan Sarah M. Helfinstein y sus colaboradores en un artículo publicado recientemente en PANAS. 

Se sabe que hay determinadas áreas del cerebro que se relacionan con el procesamiento del riesgo cuando decidimos. 







Lo que estos investigadores analizan por primera vez es si la actividad de esas regiones cerebrales puede predecir de alguna forma el tipo de elección que haremos: arriesgada o segura. Para ello, realizaron resonancias magnéticas funcionales a un grupo de personas sanas mientras realizaban una tarea en la que debían tomar decisiones.

Según los autores, los patrones de actividad cerebral de los participantes permitieron predecir correctamente el tipo de decisión que tomarían en el 71,8% de los casos. Más concretamente, se observó un papel importante de las regiones cerebrales que participan en los procesos de control. 

Así, las áreas que más se activaban al evitar tomar decisiones arriesgadas eran las que mejor predecían el tipo de decisión que tomarían los participantes.

Podría ser, afirman los investigadores, que la existencia de fallos en esa red de control explique, al menos en cierto modo, los casos en que se opta por una ‘mala’ decisión, una opción con mayor riesgo. 

Algunas de esas áreas de control cognitivo son la zona prefrontal dorsolateral o el cíngulo anterior, áreas implicadas también en lo que se conoce como funciones ejecutivas, específicamente los procesos de inhibición de respuestas y la regulación de impulsos.

Si queremos tomar buenas decisiones, quizá deberíamos comenzar por fortalecer nuestras funciones ejecutivas como parte de una estrategia. 





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